Un estudio, publicado el mes pasado en Cell Systems, propone una forma precisa para calcular la edad de los perros, en comparación con la de la especie humana, mediante el uso de una fórmula matemática que integra los cambios epigenéticos de los perros a lo largo del tiempo.

Se puede explicar la epigenética como los cambios químicos que se producen en el ADN con la edad y que pueden influir en la expresión génica. Un marcador epigenético común se llama metilación, en el que se agrega un grupo metilo al genoma.

Figure 3. A Nonlinear Transformation from Dog-to-Human Age

Logarithmic function for epigenetic translation from dog age (x axis) to human age (y axis). Outlined boxes indicate the approximate age ranges of major life stages as documented qualitatively based on common aging physiology. Juvenile refers to the period after infancy and before puberty, 2–6 months in dogs, 1–12 years in humans; adolescent refers to the period from puberty to completion of growth, 6 months to 2 years in dogs, approximately 12–25 years in humans; Mature refers to the period from 2–7 years in dogs and 25–50 years in humans; Senior refers to the subsequent period until life expectancy, 12 years in dogs, 70 years in humans.

En este trabajo, evaluaron la metilación de labradores de distintas edades y la compararon con la observada en humanos. A partir de aquí desarrollaron una fórmula matemática, con una función logarítmica, que permite calcular la “edad humana” de los perros.

Durante los primeros años de la vida del perro hay una diferencia muy grande entre la edad cronológica y la fisiológica de ambas especies: Por ejemplo, un perro de ocho semanas tiene la edad equivalente a un bebé de nueve meses. Un perro de un año sería como una persona de 30 y uno de 4 como un humano de 50. Pero cuando la edad de los perros avanza, su equivalente humano cada vez cambia menos. Los 15 años de un perro son comparables a los 74 de una persona, pero los 16 del perro corresponderían a los 75 del humano. Es decir, a esas edades un año cronológico se corresponde con un año fisiológico en ambas especies.

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Fernando Asensio. Coordinador CEIVET

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