En un estudio realizado en Suecia, se comparó la supervivencia de personas que vivían con y sin perro, después de un ataque cardíaco o un ictus. Se examinaron registros de casi 182.000 personas que habían sufrido ataques cardíacos y de casi 155.000 personas que habían sufrido accidentes cerebrovasculares.
Las personas que convivían con perros, tenían un riesgo menor de morir después de ser hospitalizados por un ataque cardíaco o de un accidente cerebrovascular, en comparación con las personas que no tenían perro.
En otro artículo, comparan el riesgo de fallecimiento por diversas causas: los propietarios de perros tenían un riesgo 24% menor de morir por cualquier causa; un 31% menos de riesgo de morir por problemas cardiovasculares; y el riesgo de morir después de un ataque al corazón era un 65% inferior.
Los estudios se publicaron el 8 de octubre en la revista Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes, podéis encontrarlos pichando en estos enlaces: